Hay corazones tan silenciosos a veces
Que sin expresión alguna se hacen de ti
Como las esperazansas franqueadas
Por un frágil mirar de mujer
Nada más puro que un corazón como el tuyo
Que más pudiendo revivir el futuro
Yo he muerto aquí, ante ti.
Al igual que las hojas despechadas
Tan igual como un deseo nunca hecho
Tristemente, se que el tiempo no pasa
Para un corazón congelado en tu olvido
Como si fuese un recuerdo de amigos
Pase por todo y al final, te ame sin poder amar
Sentimiento maldito y a la vez tan divino
Que te hiere y te eleva a los confines
De la locura de un cuerpo poseso
De fantasías y esperanzas fallidas.
¿Puede acaso algún hombre
Levantarse de su tumba donde cayó aun no muerto?
Puedes acaso entender, que no quiero
Morir en ese mundo tuyo
Donde mis pobres lágrimas cayeron
Y mi voz no se escucha…
Tan caro anhelo llevo por dentro
Que ya sin fuerza alguna
Te diré mil veces hasta que mi voz,
Se pierda en la debilidad del miedo
De saber que sigo inerte en los mares del silencio
Donde se apagan las fuerzas de mi alma
Y se reviven los llantos de un corazón no correspondido
Que mil veces morirá cuantas veces aun tenga
La frágil esperanza de comer en tus manos
De morir en tus ojos
Y sentir regresar el alma en tus labios
Para desfallecer en tus brazos
Para sentir el paraíso en tus cabellos
De sentir tus pechos con el mió
Por que no existe sentimiento alguno
Que se compare a este sentir que sin razón alguna
No habrá de morir, aunque se sienta lo mismo
Cuando a mi lado te posas
Y me miras…
Como solo tú lo sabes hacer.
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